LOS MEDIOS ALTERNATIVOS EN ESTA REVOLUCIÓN AL 2018.



La guerra que vivimos en Venezuela, de tipo no convencional, maneja como ya es del conocimiento público, factores económicos, psicológicos y por ende, comunicacionales. En esto último, el gobierno se ha defendido con sus medios oficiales, usando su insignia internacional Telesur, junto a su estandarte nacional VTV, como puntas de lanza de los medios gubernamentales, pero subestimando injustamente, la tremenda labor que hacen los Medios Alternativos.

Probablemente, de manera reactiva salga cualquiera a rebatir el término con el que defino a este estoico sector de la Revolución, Medios Alternativos a secas, pues nos han puesto algunos apellidos entre los que destacan Comunitarios, obedeciendo en principio a la raíz de su propiedad, es decir a la comunidad, en respuesta a la lucha contra el pensamiento único de los emporios de la comunicación y también, el término Popular, en busca de contextualizar la lucha de clase, cuya comunicación involucre a los sectores más vulnerables de nuestra sociedad.

El caso es, en cualquiera de los apellidos citados, que la tenencia del Medio Alternativo está sujeta a un marco de vulnerabilidad, según los aires políticos del ámbito territorial donde ejerza su práctica comunicacional, pues cualquier esfuerzo para mantener un medio, depende de las decisiones de una asamblea de ciudadanos, siendo esta la más sincera razón, por la cual la mayoría de los Medios Alternativos consolidados en Venezuela, para protegerse de esta vulnerabilidad, funcionan realmente como medios privados.

Ahora bien, esta tenencia o propiedad, está intrínsecamente ligada a la línea editorial del Medio Alternativo, quien definido como popular o comunitario, no garantiza estar al servicio de la Revolución, surgiendo en este punto una diatriba generadora de un tema sin fin, el cual es que siendo un medio de comunicación, su deber es defender la comunicación, la verdad (veracidad), al pueblo, al gobierno o a la Revolución.

Pues en mí criterio, si la génesis del Medio Alternativo responde a batallar por la Revolución en el campo de la comunicación, la línea editorial no debe titubear en los fines, pues se trata de priorizar los objetivos concretos, claramente definidos ideológica y políticamente.

En tal sentido, llegamos consecuentemente al tema de los contenidos, los cuales deben ser construidos en formatos y significados autóctonos, usando para ello la poderosa herramienta de la creatividad del acervo cultural, donde lo popular toma un significado esencial , asumiendo los términos eficiencia, ética y estética, para dar al mensaje la mayor potencia posible.

Pero, una buena bala y puntería no son suficientes sin la herramienta adecuada, refiriéndome las bajas sufridas por el deterioro y pérdida de la infraestructura de los Medios Alternativos, lo cual ha llevado a la inoperatividad de más del 25 por ciento de los mismos, especialmente en los últimos dos años, por ataques directos, robos, deterioro y lo peor, la inexistencia de una política pública de sustentabilidad seria, consistente, que comprenda al medio no como un objeto, sino más bien como un sujeto comunicacional, pues no sería tal, sin comunicadores. Vale hacer un aparte en este punto, pues se hizo la ley con la “Promesa Presidencial” de no convertirla en letra muerta, se trabajó en el reglamento y todo ello, se engavetó.

Reflexión final

He intentado comprender inconclusamente, la subestimación a los Medios Alternativos en los últimos años, tomando con mayor fuerza la teoría de no tener la sumisión política absoluta de esta masa crítica, aunque ninguno puede poner en duda, la vocación y el altruismo, con la que los comunicadores alternativos han usado estos medios prioritariamente, al servicio de la Revolución.

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