A propósito de Luis Fuenmayor Toro


Me uno a las reflexiones expresadas por el citado, partiendo de un artículo denominado “Las llamadas universidades Bolivarianas”, publicado en Aporrea el domingo 20/01/13, siendo que, me conllevó a intercambiar opiniones sobre el tema, con facilitadores, egresados y estudiantes de la Universidad Bolivariana de Venezuela, reflejando la mayoría, estar de acuerdo con dichos planteamientos.


En principio, debe conocerse que el criterio de la municipalización de la educación universitaria, no consiste solo en acercar la universidad al pueblo, sino también, promover carreras o programas de formación de grado partiendo de las potencialidades endógenas de cada ámbito geográfico. Ello invita a aplicar una revisión urgente, más allá de lo retórico.  

El no acatamamiento de dicho propósito, trajo la consecuencia de situaciones como el caso de graduar a compatriotas, más allá de las necesidades reales, tal como sucedió con los egresados en derecho (estudios jurídicos) o gestión social (solo por citar dos casos), dejando en segundo plano, carreras en el área de la producción. Es posible que se deba a la falta de profesores ganados a tal fin. Surge por tanto, una primera pregunta ¿Hubo una planificación adecuada?

Otro aspecto de especial sensibilidad, está relacionado con la calidad de los egresados. Y es que la inversión del sistema debe tener dentro de sus principales objetivos, formar ciudadanos con capacidades aptitudinales a la altura de las exigencias de una sociedad que construye el socialismo, con premisas bien claras sobre la eficacia y eficiencia. ¿Se está concienzudamente cumpliendo con ello?

En cuanto a esto último, cito un ejemplo salido de experiencia propia, en reunión sostenida con la coordinadora de Comunicación Social de la UBV Aragua, hace algunos días, quien manifestó preocupación porque dentro de algunas unidades curriculares (coloquialmente, materias) inherentes a los ejes profesionales, como por ejemplo cinematografía, solo contaba con dos facilitadores o profesores para todo el estado. En lo personal opino que deberían tener más personal disponible, pero si no es el caso por falta de presupuesto y proponiendo una idea a sabiendas que el estado está invirtiendo en la Villa del Cine sumas de dinero importantes ¿No podría solicitarse una contraprestación académica?.  
  
Para complemento y sin la debida consulta, la Misión Sucre continua abriendo más secciones de dicho programa (situando este caso como ejemplo), lo cual traerá como consecuencia, el recurrir a cualquier facilitador que “más o menos”, reúna el perfil que exigen los objetivos. Ello, va en detrimento directo de la calidad de los egresados. Por tanto, se coloca en el tapete otra pregunta ¿Existe una providencia ministerial que evalúe periódicamente tales situaciones?

Como es del conocimiento público, la Misión Sucre maneja el aspecto administrativo de los ambientes municipalizados y las universidades, el académico. Pero pareciera existir debilidades en cuanto al alcance real de las competencias de cada ente; ¿Será bajo la premisa de quien maneja los reales, tiene el poder?, Porque se sabe que se han enquistado “grupos de amigos”, los cuales están llegando al extremo de sembrar desencuentro con los consejos estudiantiles y además, fomentando divisiones en el seno de este sistema de educación universitaria. 

Es por ello que, se hace urgente abrir un debate a nivel nacional con todos los factores involucrados y revisar si realmente se están logrando los objetivos, pues no debe tratarse solo de graduar profesionales, sino que los mismos encajen realmente dentro del Plan de la Patria o Segundo Plan Socialista de la Nación.       

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