¿Cómo lo estás haciendo, Nicolás?
No se trata solo de la imposible tarea de calzar la silla presidencial después del Comandante Infinito o sustituir su liderazgo, lo cual es en sí mismo, bastante difícil. Se trata es, de dar gobernabilidad a un país políticamente muy complejo, dada la altísima diversidad ideológica que la caracteriza, tanto en la derecha como en la izquierda. La primera tarea ha consistido en ponerle personalidad propia al mandato heredado del Comandante. Esto desde mi óptica, ha sido logrado a pesar de los bemoles surgidos desde la campaña electoral, con más aciertos que fallas. El pueblo ha venido adaptándose a ver un Nicolás Chavizta y no, a un segundo Chávez. Con respecto al plano político partidista, es adecuada la decisión de abrir los espacios para los partidos de la alianza revolucionaria, cuestión que permite romper algunas barreras que tradicionalmente obstaculizan la fluidez del debate, en los impertinentes “anillos” que se fraguan alrededor de los primeros mandatario