¿PERDIERON ELLOS O
GANAMOS NOSOTROS?
No hay dudas que los resultados electorales del 8-D,
otorgaron al país un muy merecido clima de estabilidad política, cuyo principal
protagonista ha sido el pueblo Venezolano, cumpliendo en su inmensa mayoría con
sus deberes cívicos de manera democrática, participativa y pacífica.
Los números son alentadores para los factores de la
revolución, pues retoman su ventaja histórica en términos absolutos y además,
ganaron espacios que se habían perdido a causa de errores propios.
Pero esto no debe ser un momento de triunfalismo
emborrachador, bien vale la pena recordar la perdida de la reforma luego del
contundente triunfo de nuestro Comandante Infinito. Considero que hay lecturas
que obligan el análisis de los
resultados de manera exhaustiva, razón que me motiva a lanzarles estas líneas
prestas a toda consideración.
En primer lugar, la
derecha subestimó las capacidades de Nicolás: No dieron la correcta lectura a los resultados de
abril y disolvieron su capitalización política con asesinatos, reconteos y
ataques al árbitro electoral.
Como Segundo lugar, la
oposición fue tremendamente torpe al negarse a las medidas económicas: Error de prepotencia basado en la
defensa de sus patrocinantes pero en contra de quienes los eligieron,
básicamente de la clase media.
Tercero, Repitieron su
libreto de desconocer al CNE: Y contradictoriamente, salir a pedir votos.
A estos elementos mencionados debe añadirse las
características de los votantes de la derecha, a quienes no les importa corruptas
o ineficientes gestiones, solo quieren salir de nuestra revolución. Prueba
significativa de ello fueron los resultados en Valencia y en Maracaibo.
Por otro lado, es menester acotar que la Alcaldía Mayor y el
municipio Sucre lo perdimos. Y no me refiero al domingo. Esos espacios fueron
nuestros.
Con todo lo expresado anteriormente, se hace necesario
agregar un elemento político que llama poderosamente la atención y es, que
surgió una tercera fuerza política que no puede reclamarse como propia (ni tampoco
de la MUD), la cual tuvo la capacidad de atraer más de 830 mil votos,
representada por liderazgos locales a los que hay que ponerle el ojo en sus
gestiones.
Solo cabe preguntarse si ese tercer factor tiene capacidad de
unirse y sacar la pesa que inclinaría la balanza electoral.
Es todo por ahora.
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