CONSEJOS COMUNALES, CLAP Y COMUNA.
Al margen de las controversias políticas de Venezuela, se discute airadamente la imperiosa necesidad de construir un estado comunal que agilice la profundización del desmantelamiento del estado burgués, campante y sonante obstáculo para la construcción del socialismo.
Recuerdo a nuestro Comandante
Infinito golpear la mesa, preguntando a su gabinete si desaparecía el Ministerio
de las Comunas, dado el desgano quizá voluntario en lo referente a la
transferencia real del poder al pueblo, entendiendo que se dieron algunos primeros
pasos en esa dirección, al eliminar las coloniales juntas parroquiales.
En
este orden de ideas, surge la interrogante si la prolongación de los concejos
municipales y legislativos vigentes, apunta hacia el lanzamiento firme de la
construcción del estado comunal, con miras al rediseño del estado desde su
unidad básica organizacional, los consejos comunales.
Así, puede asociarse la idea de la elaboración
de la Ley de los Clap, deduciendo sin perder de vista el ámbito económico, que las
propuestas apuesten al redimensionamiento del consejo comunal, si acaso se
pretendiese fusionar ambas herramientas de organización popular.
Justo ahí, cobra especial valor
entender que el poder de los Clap se soporta en la actual coyuntura económica y
que el abandono sistemático hacia los concejos comunales, se sustenta en la
débil entrega de poder al pueblo. Estos elementos son fundamentales
considerarlos a la hora de fortalecer la comuna como una instancia permanente,
para lo cual debe sincerarse el actual impacto social de la misma.
Por lo tanto, sería un pecado perder
de vista el factor participación, directa y protagónica, si en verdad aspiramos
atenuar males como la corrupción, la injusticia, el paracaidismo y la
manipulación de las instancias del poder popular.
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