OPCIONES OBSTINADAS PARA EL PUEBLO
La obstinación, pareciera ser una conducta
caracterizadora de los venezolanos ante los escenarios políticos que vivimos, la
cual pareciera ser más refleja que racional, aunque existan elementos que
inducen decidir coyunturalmente y esto, ha alterado la dirección y el sentido
de quienes conducen, de quienes se oponen y en consecuencia, del pueblo.
En tal
sentido, es absurdo negar el obstinado asedio que tiene nuestro país en muchas
y peligrosas formas, entiéndase económica, militar, comunicacional y
socialmente (xenofobia), geográficamente rodeados al oeste con un pupilo del
narcotráfico, por el sur con un fascista, al este con un peón de la escuela de
las Américas y por el norte…
Esta realidad, justificaría al obstinado gobierno
de algunas imprecisiones pero, si le sumamos ello a la escandalosa ola de
corrupción en PDVSA, opositores en cargos claves de la administración pública, la
ineptitud e indolencia de gobernantes locales nombrados a dedo, la reiteración
de los enrosques en cargos públicos, el sectarismo, ineficiencia y la
desvinculación de los problemas cotidianos tales como la inflación, carencia de
gas, aceite automotor, gasolina, transporte, todo esto traerá como resultado pensar
que las masas populares, están adormecidas.
Del otro lado de la acera, podemos
visualizar a los obstinados opositores en su limbo, existentes solo por los
extremadamente desclasados sectores medios de nuestra sociedad, quienes en su
inmensa mayoría no se percatan que su liderazgo solo ha hecho negocios de la
situación, dejándoles en un sin sentido político que los ha llevado a la
desmovilización y que incluso, parecieran estar haciendo “acuerdos” con el
gobierno a espalda de sus seguidores.
Luego, el obstinado pueblo se encuentra en
el centro de este par de bloques, entregando su fuerza de trabajo e ingresos
íntegros a esa misma clase burguesa definida como enemiga del gobierno, aunque
paradójicamente protegida por este, tratando de descifrar algunas teorías
cernidas en torno al primer mandatario nacional relacionadas con su
“secuestro”, la cual sería aceptable para seguir creyendo en el liderazgo de la
revolución porque de lo contrario,
evaluar la gestión sería decepcionante.
En ese obstinado contexto, la opción
obliga a radicalizar la construcción del socialismo y otorgar al pueblo el
anhelado “vivir viviendo” ahora y como sea de manera inmediata, porque de lo
contrario, nos podría emboscar una penosa involución fascista.
Comentarios
Publicar un comentario