¿Comunicación o Medios Alternativos, Comunitarios o Populares?

Un debate inconcluso, demasiado abierto o quizá sin la necesaria difusión, se presenta cuando escuchamos la utilización de los términos Comunicación o Medio Comunitario, Comunicación o Medio Alternativo y Comunicación o Medio Popular.

Y es que el uso apropiado del concepto, es una necesidad impostergable en el marco de la esencia del hecho social comunicacional por la simple y elemental razón, de que todo el meollo del asunto consiste en enviar un mensaje sin que sea distorsionado o tergiversado, con el objetivo de recibir una respuesta adecuada.

Ante lo planteado es probable que surja pregunta ¿Cuál es la importancia de delimitar las diferencias? Pues, mi intención es disminuir en lo posible el anarquismo conceptual en un contexto histórico donde el imperio pretende dar marcha atrás a la globalización comunicacional, cuyo centro apunta a construir una “realidad” única, en función de mantener su dominio ideológico.

En este contexto histórico, tomamos como ejemplo la coyuntura en el marco de la guerra entre Rusia y Ucrania, donde la medida prioritaria de los Estados Unidos, Canadá y sus socios europeos fue cerrar las transmisiones de  medios de comunicación como Rusia Today o Sputnik Mundo, pisoteando uno de los principios fundamentales de los derechos humanos como lo es la libertad de expresión.        

Además, en la misma perspectiva comunicacional intentan sesgar realidades tales como el hecho de que dicha guerra es contra el fascismo, y tan grave o más, tratan de tapar los escandalosos genocidios que están perpetrando Israel contra Palestina en Gaza, Arabia Saudita contra Yemen y/o el saqueo gringo de petróleo en Siria.

Es entonces cuando los conceptos cobran vida, dado que la Comunicación Alternativa se constituye en todo el movimiento comunicacional que surgió como respuesta a la hegemonía ideológica impulsada por la industria cultural mediante las Mass Media, cuyos mensajes no son producto de la improvisación ni la inspiración divina de un artista; por el contrario, son contenidos muy bien elaborados en laboratorios que cuentan con especialistas de distintas índoles que apuntan, a segmentos predefinidos de audiencia.

Ahora bien, ¿La Comunicación Alternativa, es alternativa a qué? Simplemente a los medios de comunicación propiedad de los hegemones oligárquicos cuyos mensajes van dirigidos exclusivamente a defender sus intereses económicos, los cuales originalmente manejaban prensa, cine, radio y televisión, pero ahora, se han adueñado también de los medios por internet.

Y es aquí precisamente, donde comienza la aplicación del término “Medios Comunitarios”, es decir, es un concepto cuya naturaleza responde al tema de la –propiedad- del medio más allá del formato, lo cual pretendía se convirtiesen en medios de la comunidad, al servicio de la comunidad, con contenidos y métodos –alternativos- a los medios predominantes, que lamentablemente en muy alto porcentaje, han derivado en malas imitaciones de los medios comerciales, ósea, copiando la forma y fondo de su antítesis.

Llegados a este punto, abordo ahora el término de Comunicación Popular situándolo si se quiere en un laberinto conceptual, porque pareciese que el concepto intenta dar una connotación más política y clasista, detalle que se escapó en el desarrollo de la comunicación alternativa y comunitaria. De hecho,  se suma en lo popular un rescate al patrimonio cultural e histórico, lo cual resumo en el necesario proceso de “desarrollo de contenidos” y que además es desde mi perspectiva, el debate más urgente por concretar, dado que no es tan simple como dar un lienzo en blanco para que cada quien pinte lo que le inspire el momento, sino, consiste en ordenar, sobre qué tema vamos a pintar.

Ahora bien, tal y como pueden notar es muy fácil perderse tan solo cuando tratamos de diferenciar comunicación alternativa de medio alternativo, comunicación comunitaria de medio comunitario y comunicación popular de medio popular. Sumen a ello, cuando se mezclan los conceptos o se usan anárquicamente y a discreción. Agreguen además, cuando llegamos a la necesidad de segmentarnos por formatos web, donde se incluyen las muy exigentes y dinámicas redes sociales.

Es por ello que tiende a suceder, tal y como presenciamos recientemente en un grupo web 2.0 del congreso de la Nueva Época, que algún participante se retiró porque “no es político” sin entender –conceptualmente- que en realidad es apartidista. Así mismo sucede con medios “comunitarios” que en la praxis son realmente medios comerciales, que de alternativos no tienen nada y que de populares, solo de cinco a siete de la mañana. (Partiendo de las acepciones que desarrollé en párrafos anteriores).

De tal manera que respondemos a la pregunta ¿Es necesario tener claridad conceptual? Absolutamente sí y sin perder tiempo cuando hablamos de comunicación. Sobre todo en la República Bolivariana de Venezuela, a quienes muchos detestan llamar Patria. ¿Y al decir Patria, conceptual? Por supuesto, con todo valor histórico, semiológico y semántico. ¿Y en cuanto al término política? Arte de dar soluciones a los problemas de la sociedad.

Finalmente quiero agregar dejando abierto el debate por la claridad de los conceptos, acotando que si se estudian los procesos históricos de  la comunicación y/o medios alternativos, comunitarios o populares, notarán que surgieron como respuesta a la hegemonía mediática impuesta por el poder dominante, por lo tanto, es una dinámica severamente política (para quienes lo ignoran o nieguen) y que además, esta batalla continúa en nuestros días, sin dar tregua.           

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