CLAP, CLAP, CLAP.
El gobierno nacional está
apostando suficientemente, más que la estabilidad económica, la estabilidad
política con los Comités Locales de Abastecimiento y Producción, por sus siglas
Clap, forma de organización con potencialidad de dar respuesta a la desatada Guerra
Económica contra la nación Venezolana.
Es Guerra y se está tratando como tal.
Pero como todo en una guerra, los
enemigos de la Patria desde hace bastante rato han logrado penetrar las
estructuras gubernamentales, formando una quinta columna que se articula
perfectamente con los vicios arraigados en nuestra población y ambos elementos,
están entorpeciendo el impacto beneficioso de los Clap.
Los que firmaron se ven pero faltan los que no firmaron.
En este sentido, notamos como la
dirigencia Revolucionaria está poniendo en manos directas del pueblo el destino
de la única herramienta tangible que posee en el conflicto, dado que la entrega
de divisas y confianza a los privados, solo promete reiterar la fuga y desvío
de capitales nacionales, que no retornarán.
El pueblo a veces se equivoca.
La coyuntura presiona al punto, que
se anuncia usar la estrategia de ceder a manos de una empresa con siglas CM,
parte de la responsabilidad de distribución dada la capacidad infraestructural
que posee, sin embargo, vale recordar que nuestro Comandante Infinito hizo un
intento similar con esta cadena de supermercados y que sepamos, no fue para
nada exitosa.
¿Lobo cuidando carne?
Es importante denunciar además, que
la empresa Mercal tiene fuertes goteras que descarrían productos destinados al
pueblo, los cuales suelen verse con frecuencia en la redoma de Petare, mientras
que en algunos establecimientos de la empresa, se viola la ley, obligando a los
consumidores a adquirir productos que ni remotamente se acercan a la cesta
básica, tal como las cremas de afeitar que condicionaron en la sede Mercal Tamborito
de Cagua, estado Aragua durante esta semana que termina.
Hasta extraño robo hubo en esa sede.
Por lo tanto cabe decir sin vacilación
que la mayoría queremos el éxito de los Clap, salvo los muy enfermos de alma,
sin embargo, si se aspira sinceramente recuperar los espacios perdidos a causa
de tanto descontento, se deben extremar las medidas coercitivas y punitivas, cuestión
que no solo agradecerá el pueblo entero, sino que jamás olvidará la lección.
Y la historia de la humanidad, también.
Comentarios
Publicar un comentario